Cuando llevas a un domicilio un ramo sorpresa de felicitación es muy gratificante ver la cara de alegría que suelen poner los homenajeados.
Hoy, este ramo se lo he llevado a una niña pequeña... la cara de sorpresa y alegría que me ha puesto al dárselo "no tiene precio" :)
(muchas gracias al padre de la niña por el encargo ;)
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